El Atlético de Madrid ha sido una fuerza dominante en su estadio, el Metropolitano, cosechando una notable racha de 19 victorias seguidas, de las cuales 17 han sido en la Liga y dos en la Champions League. Este impresionante récord está a solo una victoria de igualar su mejor racha histórica, lograda entre mayo de 2012 y febrero de 2013 en el Vicente Calderón, donde consiguió 20 victorias consecutivas.

Sin embargo, a pesar de su solidez en casa, el equipo ha tenido dificultades en los partidos como visitante. En tres ocasiones esta temporada, el Atlético ha salido derrotado, y hay un denominador común en cada uno de ellos: la falta de tensión y concentración. Es evidente que cuando el equipo saca el pie del acelerador, se vuelve terriblemente vulnerable y sufre derrotas abultadas.

El primer encuentro que evidenció esta falta de tensión fue en Montjuïc contra el Barcelona. En la primera parte, el Atlético salió atemorizado y el Barcelona aprovechó para dominar el juego. En la segunda parte, tras realizar algunos cambios estratégicos, el Atlético se mostró concentrado y hambriento, volviendo a ser el equipo letal que conocemos.

El patrón se repitió en los partidos contra Las Palmas, donde el Atlético sufrió una derrota 2-1, y contra el Valencia, donde el resultado fue 3-0 en contra. En ambos encuentros, el equipo salió relajado y nuevamente sufrió las consecuencias. Estas derrotas son una llamada de atención para el entrenador, Diego Simeone, quien ha destacado la importancia de trabajar en los momentos en los que el equipo baja su nivel de intensidad.

El próximo desafío para el Atlético será enfrentar al Athletic de Bilbao en San Mamés, un estadio históricamente complicado. Además, el equipo enfrentará al Girona en Montilivi, el líder actual de la competición. Hasta el momento, solo el Real Madrid ha logrado ganar en estos dos estadios durante esta temporada.

En conclusión, el Atlético de Madrid debe aprender de las derrotas sufridas como visitante y trabajar en mantener la tensión y concentración durante todo el partido. A pesar de su fortaleza en casa, es fundamental que el equipo mejore su desempeño en los partidos fuera de su estadio si quiere mantenerse en la lucha por los títulos.